En esta escena se observa lo fuertemente ligada que estaba en un principio la enfermería al cristianismo (la hermana Alma ha de cuidar a la actriz enferma).
La enfermera le sube la cena a la enferma. Es muy importante la comunicación entre enfermera y enferma (precisamente el hecho de que esta última no hable produce la tensión que Bergman buscaba).
También se aprecia que la paciente tiene una ventana en la habitación por la que entre la luz del sol y pueda correr el aire (condición indispensable para un correcto cuidado).
Además, en este caso, se le proporciona a la paciente una radio para mantenerla entretenida.
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